La Asturias escondida

Se dice que Asturias es el Paraíso. Y si hablamos del Paraíso…en el principio fue la manzana y luego la sidra, es cierto.

Pero existe otra Asturias, aquella de la que nadie te habla, que está por descubrir, como una matrioshka rusa: un paraíso secreto escondido dentro del oficial que anunciaban, hace unos años, el oso Yogui y su inseparable amigo Bubu.

¿Has oído hablar del Suroccidente astur?¿del municipio de mayor extensión del Principado? ¿sabes que allí las xanas, las hadas mitológicas, se han convertido en seres reales? Sí, en nutrias que guardan el mayor tesoro de los ríos: la pureza de sus aguas.

Estoy segura de que no has oído hablar de que en este rincón del país de la sidra, racimos de uvas autóctonas como el albarín negro o el carrasquín, están recuperando, con más prisa que pausa, el esplendor del que gozaron desde la Edad Media, concretamente desde el siglo IX, debido al buen hacer de los monjes que levantaron los primeros monasterios de la zona y al trabajo de los vecinos de los pueblos, que sacaron adelante sus viñedos. Viticultura heroica se llama hoy día.

Desde 2.014 el Vino de Cangas goza de la calificación D.O.P (Denominación de Origen Protegida) y sus caldos logran ya reconocimiento internacional. Solo falta que vengas a disfrutarlos.

Aquí no vive el oso Yogui; aquí lo que hay son osos de verdad, osos pardos que viven libres, como hace miles de años.

Y también hay un bosque, bueno, hay muchos, pero este es sagrado, respetado, está protegido como han de estar el suelo que nos sostiene y el árbol que nos cobija. Un máximo de veinte visitantes al día pueden entrar, previa reserva y autorización, en el Bosque de Muniellos, Reserva Natural Integral, joya de la corona del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

Es el mayor robledal de España, pero también hay en él tejos, acebos, hayas, abedules, fresnos, sauces, avellanos, pláganos y gran variedad de musgos y líquenes que dan fe de la robusta salud del ecosistema.

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