GR.AS-203 (Etapa 11)

Santuario del Acebo-Villanueva de San Cristóbal-Corias

El Monasterio de Corias durante siglos fue uno de los principales productores de vino de la comarca. En torno a él las vides se trabajaban ladera arriba aprovechando cada rincón solano. El descenso a este cenobio nos lleva hasta orillas del emblemático río Narcea y durante el camino serán muchas las laderas en las que el cultivo de la vid se hace presente a través de numerosos bancales. Esta una es la base de la Denominación de Origen Protegida Vino de Cangas que podremos degustar en alguna de las bodegas o locales de la comarca.

El eremitorio del Acebo es singular en toda su construcción y devoción, pues no en vano estamos ante un santuario que en Cangas del Narcea y en los concejos limítrofes tiene mucho arraigo, como se puede comprobar cualquier fin de semana.

Nuestra Señora del Acebo surgió en el siglo XVI, y el edificio que hoy contemplamos fue construido en 1590 por Diego de Argos, al tiempo que la casa del capellán y la de las novenas. Desde este emplazamiento arranca la etapa que concluirá en Corias.

El inicio de la ruta supone un buen mirador sobre las sierras canguesas y tinetenses y por su trazado se va enhebrando la carretera del Acebo. Una dulce bajada nos deja en Villanueva de San Cristobal, pueblo que pasamos siguiendo la carretera general para tomar a la derecha un camino con firmes de tierra y vistas sobre la zona conocida como Partido de Sierra, antiguo señorío adscrito a los Sierra-Pambley.

El camino recorre la Sierra La Pilarina para más tarde rodear el Cueto, dando vista a la vertiente canguesa por un descenso que gira en el primer ramal que presenta la pista a la derecha.

Una sucesión de bifurcaciones nos van llevado hasta entroncar con la carretera CN-2. Una vez en el eje asfaltado, se vira a la izquierda para proseguir hacia Vallinas, al que dejamos a la izquierda encaramado en un cerro. Nuestro camino prosigue la marcha por la carretera.

Tras dejar atrás Vallinas, antes de tomar una cerrada curva el camino se cuela por la derecha por un amplio sendero. Éste busca el regueiro Vallinas y nos va llevando por entre los prados de siega y tramos de viejos caminos con una pronunciada pendiente al Monasterio de Corias.

 

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